La vida quizá no te esta sonriendo, quisieras sonreír, pero lejos de sonreír tienes muchas ganas de llorar, la sonrisa se ha borrado de tu rostro, pareciera que fue raptada por las circunstancias que te han rodeado los últimos días.
Para ponerle la cereza al pastel de la amargura el enemigo ha enviado toda clase de pensamientos negativos que te quieren llevar a creer que no existes para Dios o que no se preocupa por tu actual estado. Pareciera que hay un tsunami de emociones en tu vida que lo único que hacen es abonar a que la vida te siga sin sonreír.
Tienes ganas de rendirte, lo piensas y lo sigues pensando, pensamientos de derrota, pensamientos de fracaso y de todo aquello que te hace creer que no eres merecedor o merecedora de la gracia de Dios vienen como un diluvio a tu mente.
Por un momento el enemigo sonríe, el si sonríe, y lo hace porque cada vez te ve más hundido, ve que te estás hundiendo poco a poco y ahora si casi está seguro que termino contigo.
Mientras tanto en el reino de los cielos hay una expectativa enorme, esperando a ver tus movimientos, esperando que hagas lo que desde un principio habías tenido que hacer, pero esta vez con diferencia, esa diferencia se llama: Disposición de Corazón.
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